Puedes Llevar La Presencia de Dios ConTigo


“LAS VARAS… NO SE QUITARÁN DE ELLA” (Éxodo 25:15)
El Arca del Pacto representaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Cuando los filisteos la capturaron, fueron afligidos con tumores. Cuando la colocaron en su templo, su dios Dagón cayó al suelo (1 Samuel 5).
 Esto nos enseña lo siguiente: ¡no te tomes a la ligera las cosas de Dios! Si no estás dispuesto a servirle, al menos sé temeroso y dale la reverencia que se merece. Cuando Israel derrotó a los filisteos, David decidió llevar el arca, símbolo de la presencia de Dios, de vuelta a Jerusalén. Ahora bien, en el diseño concreto que Dios había mostrado para el arca, había unas anillas a los lados por donde se debían pasar unas varas para transportarla; también había especificado que sólo la llevarían a hombros ciertos sacerdotes. Pero alguien tuvo una “mejor idea”, así que la pusieron en una carreta nueva tirada por un buey.
Y ése fue un gran error. Cuando el arca empezó a tambalearse y estaba a punto de caerse, un hombre de la comitiva, “con sus mejores intenciones”, decidió sujetarla. ¡Y murió al instante! Seguro que piensas: ‘¡Es un poco desproporcionado!’. Aquí hay una lección para los que quieren “empaquetar” la presencia de Dios, hacer negocio con ella y “llevarla por el camino”.

¿Quién está autorizado a llevar la presencia de Dios? Sólo los creyentes-sacerdotes que han sido lavados por la sangre del Cordero, han sido limpiados por la Palabra, tienen comunión con Dios en Su mesa, lo adoran en el altar de incienso y caminan en la luz de la verdad, representada por la lámpara de siete velas. ¡Despojémonos de las “nuevas carretas”! La Biblia dice que “…el Señor añadía cada día a la iglesia…” (Hechos 2:47). Para poder llevar la presencia de Dios y edificar Su iglesia, lo tenemos que hacer como Él indica.
“Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré… hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra…” (Isaías 62:1,7)

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