¡Sus bendiciones abundarán!



Algunos dicen que usted necesita “dar hasta que le duela”. No lo crea. Dios no quiere regalos dados con sufrimiento. ¡El quiere regalos dados con regocijo! En efecto, esas son las únicas dádivas que a Él le agradan. Por eso añadió su promesa de abundancia a su mandato de dar con alegría.
Los dos principios están conectados.
Ofrenda gozosa con plenitud de fe y regocijante: esa es la llave que abre la tesorería de Dios. ¿Ha visto a un grupo de personas dar de esa manera? Yo lo he visto. Nunca lo olvidaré.
El concepto de “dar hasta que le duela” no proviene de Dios. El prefiere que usted le dé diez pesos con esa clase de regocijo que 50 pesos con dolor. En 2 Corintios 8:11-12, el apóstol Pablo insta a la iglesia de Corinto a dar con voluntad dispuesta. Voluntad dispuesta:
¡Eso es lo que Dios busca! Si no ha dado de esa manera en el pasado, tome la decisión firme de comenzar a hacerlo. Arrepiéntase de las veces en que ha dado de mala gana. Luego pase un tiempo especial en oración con Dios y su Palabra, para que cuando la próxima vez que ofrende, lo haga con corazón dispuesto.
Olvídese del “dolor” de dar. Sea un dador alegre, gozoso y dispuesto; y, créame, ¡sus bendiciones abundarán!
2 Corintios 9:7,8: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”.
“De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos”. (Sal. 24:1
      

                                                             

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