NO ES DONDE ESTES, SINO CON QUIÉN ESTÁS!

¡Bendiciones para ti!
NO ES DONDE ESTÉS, SINO CON QUIÉN ESTÁS!

¿Qué hubieses hecho tu frente al desafío del rey de adorar la imagen o ser echado en el horno de fuego calentado siete veces más de lo acostumbrado?
La actitud de los jóvenes hebreos fue.
Mirando con calma el horno, dijeron: “No cuidamos de responderte sobre este negocio. He aquí nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.” 
Su fe quedó fortalecida cuando declararon que Dios sería glorificado liberándolos, y con una seguridad triunfante basada en una fe implícita en Dios, añadieron: 
“Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado.”
Qué determinación! Qué valentía!  Cuanta confianza en Dios!
Y esa fe, fue premiada de manera majestuosa!
Cuando sus testigos fueron arrojados al horno, el Salvador se les reveló en persona, y juntos anduvieron en medio del fuego.
En la presencia del Señor del calor y del frío, las llamas perdieron su poder de consumirlos.
Su ropa ni sus cuerpos ni sus cabellos siquiera olían a humo!
Ellos no temieron al rey, ni sus amenazas,  mucho menos el horno ardiente que terminaría con la vida de sus ejecutores mientras los arrojaban al horno. Ellos confiaron plenamente en Dios y sabían que Él estaba allí con ellos y estuvieron dispuestos a morir en lugar de defraudar a su Dios.
El horno se transformó en el lugar más agradable porque el mismo Dios estaba allí.

¿Y tu que prueba estás enfrentando?
¿Sabes que Dios está dispuesto a acompañarte tan ciertamente como lo hizo con los jóvenes hebreos?
Si confías en Dios y le invitas a que te acompañe, el lugar donde estés por muy desagradable y tenebroso que parezca, será el mejor lugar del mundo!
¡Puedes confiar en el Señor que te va a cuidar!
Recuerda: ¡No es donde estés sino con quién estás!